13 de noviembre de 2025
A puerta cerrada, el Law Enforcement Working Party del Consejo de la Unión Europea ha respaldado el texto de compromiso danés sobre la propuesta de Reglamento de Lucha contra el Abuso Sexual Infantil en Línea, conocido popularmente como Chat Control. Aunque oficialmente elimina la “detección obligatoria” de mensajes, el nuevo artículo 4 reintroduce el mismo mecanismo por una vía menos explícita: exige a los proveedores de correo, mensajería y chat adoptar “todas las medidas apropiadas de mitigación de riesgos”.
Para juristas y expertos en privacidad, ese lenguaje significa una cosa: escaneo masivo de las comunicaciones, incluidas aquellas protegidas con cifrado de extremo a extremo.
Un texto “revisado” que no cambia el fondo
Según fuentes del Consejo, el compromiso danés pretende equilibrar “protección infantil” y “privacidad”. En la práctica, sustituye el mandato directo de detección por una obligación general de gestionar el riesgo de difusión de material ilegal. Sin embargo, sin mecanismos técnicos alternativos, la única forma viable de cumplir ese mandato sigue siendo la inspección automatizada de los mensajes.
El eurodiputado Patrick Breyer (Partido Pirata) calificó la maniobra de “engaño político del más alto orden”, alertando que el texto “vuelve a imponer vigilancia generalizada por la puerta trasera”. Otras organizaciones de derechos digitales, como EDRi, Privacy International o La Quadrature du Net, comparten esta preocupación.
Riesgo de vigilancia estructural
El Artículo 4 no es el único motivo de alarma. El nuevo borrador requeriría a los proveedores implementar verificación de edad antes de permitir el acceso a servicios de comunicación, lo que en la práctica eliminaría el anonimato en línea. Periodistas, denunciantes, activistas políticos y personas que buscan ayuda en situaciones de violencia digital quedarían expuestos a una identificación permanente.
El texto también menciona que los proveedores deben limitar el uso de software que presente “riesgos significativos para menores”, lo que podría traducirse en restricciones para aplicaciones comunes como WhatsApp, Instagram o incluso juegos en línea como Roblox.
Choque frontal con la Carta de Derechos Fundamentales
Las medidas planteadas entran en potencial conflicto con dos pilares jurídicos de la Unión Europea:
- Artículo 7: derecho al respeto de la vida privada y de las comunicaciones.
- Artículo 8: derecho a la protección de datos personales y supervisión por una autoridad independiente.
El propio Servicio Jurídico del Parlamento Europeo ya advirtió en dictámenes anteriores que la detección proactiva y el debilitamiento del cifrado violarían esos derechos, al introducir una vigilancia generalizada sin causa individual ni control judicial.
Qué viene ahora
El texto se encuentra ahora ante el COREPER, el Comité de Representantes Permanentes, que debe decidir si el Consejo adopta esta posición como base de negociación. Si el COREPER da su visto bueno, el expediente pasará al Consejo de Ministros de Justicia e Interior (JHA), y de ahí a los trílogos con el Parlamento y la Comisión.
El calendario aprieta: la presidencia danesa del Consejo concluye en diciembre de 2025, y la presidencia polaca asumirá el turno en enero. Todo indica que Copenhague busca cerrar el acuerdo antes del relevo.
Una batalla que continúa
Mientras tanto, el movimiento ciudadano “Fight Chat Control” y múltiples organizaciones europeas de derechos digitales han vuelto a movilizarse. Para ellos, esta versión “suavizada” del reglamento no representa un equilibrio, sino una amenaza técnica y legal a la privacidad universal en Europa.
La historia del Chat Control demuestra cómo, una y otra vez, las propuestas de vigilancia masiva se disfrazan de protección infantil. La diferencia, esta vez, es que el cifrado de extremo a extremo —una herramienta esencial para periodistas, defensores de derechos humanos y ciudadanos comunes— podría ser el daño colateral irreversible.
“Esto es un engaño político del más alto orden”, resume Breyer.
“Con el Chat Control en funcionamiento, incluso las fotos íntimas y las conversaciones sexuales más privadas pueden acabar de repente en manos del personal de las empresas o de la policía. Destruir el secreto digital de la correspondencia es destruir la confianza.”
Fuentes:
Consejo de la UE (LEWP, noviembre 2025); Notebookcheck.net (11 nov 2025); TechRadar (12 nov 2025); Patrick Breyer MEP (patrick-breyer.de, 12 nov 2025); EDRi; Politico EU.
